martes, 22 de junio de 2010

Flor de Explorer, digo: Ford Explorer

¡Se me dio! Con esta frase, les informó que pude finalmente comprar la Ford Explorer, y pasar al club selecto de enfermos de esos motores.
Y bue, que decir.
Ya les había comentado mis experiencias con el manejo de la misma. Mi mecánico, muy astutamente, me la había prestado por tres semanas, en dónde la manejé y probé en todos sus aspectos.
Con la sangre envenenada, no tenía mas que comprar el vehículo...
Pero, para ser sinceros, uno, a los 40 años pasados, no piensa más como pibe cuando compra algo. Si bien los hombres nunca dejamos morir a nuestro niño interior; las presiones de las cuentas, los desafíos de los hijos y la búsqueda de la estabilidad, priman más, finalmente, a la hora de hacer estas inversiones.
Entonces, ¿que me dio por comprarla?
Bueno, creo que fue un minucioso estudio sobre el consumo, versus los costos de mantenimiento.
Si bien la Citroen no consumía nada; cada vez que algo se rompía (y por cierto, lo hacía muy a menudo), me salía un riñón o algún otro órgano vital.
En cambio, la Ford, simplemente es más barata de mantener que un escarabajo (si compras los repuestos de EE.UU., cosa que en Paraguay todavía se puede hacer).
Ahora, para el tipo de uso que yo le doy, el vehículo es polivalente. O sea, para usar en la ciudad, no es muy recomendado tener 4.000 centímetros cúbicos, que no bajan de los 24 litros cada cien. En cambio, en la ruta, es muy favorable. Increíblemente, y a velocidades constantes y no más de 130 kilómetros por hora, el vehículo no pasa de los 14 litros cada cien de consumo.
Esto último, obviamente paga todo lo demás.
Si a esto le agregas un bajo valor de mantenimiento, pocas posibilidades de fallas (año 2007, solo 30.000 kilómetros recorridos), repuestos baratos, y mecánica relativamente sencilla; y le sumas el confort y la potencia de 210 caballos (que te permite rebasar a cualquier vehículo en ruta en tramos cortos con seguridad); hacen que le perdones todos los pecados en ciudad.
En mi caso, yo viajó mucho en ruta.
Teniendo en cuenta esto, en mi caso, el vehículo se justifica.
Bueno, más adelante escirbiré un pequeño apartado, a modo de estudio, sobre el porqué de los motores de los vehículos americanos; versus los más sensatos de los motores europeos y latinos.