domingo, 28 de febrero de 2016

Un nuevo e inentendible mundo

Hace varios años atrás, mi padre me regalo lo que, en aquella época, era toda una novedad: una calculadora de bolsillo. Tras un tiempo de uso, y tras descomponerse, la desarmé, para ver que tenía adentro. Ahí fui cuando me di cuenta en la gran ignorancia en la cual vivía. No tenía la menor idea de que eran aquellos micro componentes que permitía que yo, al apretar unos botones, me diera resultados matemáticos. Pasé un largo tiempo pensando y tratando de desentrañar aquello. Pero me fue imposible. No tenía la más pálida idea de como funcionaba. Tiempo después, comencé a trabajar vendiendo computadoras. Estas yo las ensamblaba, de acuerdo a las características que el cliente deseaba o podía pagar. Y si bien era capaz de instalar procesadores, tarjetas de memoria, discos duros y unidades ópticas; no podía entender como funcionaban en su interior. Tenía una idea, pero para mí era un abismo de conocimiento insondable. ¿Cómo los datos eran magnéticamente grabados? ¿Como un chip procesaba los datos para transformarlos en información? ¿Cómo lograba un haz de rayos catódicos generar la imagen? Con el tiempo, fui aceptando esa realidad, y no me preocupó tanto que si bien pudiera usar las cosas, no entendiera como funcionaban, y mucho menos, como poder repararla. Me di cuenta que, a diferencia de mi padre y tíos, que en su tiempo vivían rodeados de una tecnología comprensible, la cual, con un poco de esfuerzo, la podrían comprender; pasamos a un mundo en que, si no eres un especialista en la materia, te es imposible entender y dimensional en su totalidad. Lo mismo pasó con la medicina. Al principio los médicos trataban los síntomas: aligerar el dolor, menguar la fiebre, curar o suturar la herida. Era algo visible, comprensible. Pero luego las cosas fueron avanzando. Y ya no se tratan los síntomas, sino las causas de estos. Se llega a nivel celular, molecular. Le es imposible a una madre de hoy, entender como unos medicamentos molecularmente creados, pueden alterar el funcionamiento celular del cuerpecito de su hijo, y traer la anhelada cura. La madre, agradecida, se retira sin lograr dimensionar exactamente que fue lo que curo a su hijo. Lo mismo ocurre con la política. Antes era un loco facista o de ultra derecha que buscaba dominar o desestabilizar el mundo. Hoy, son una hipotecas que alguien dio a gente que no podía pagar, para ganar unos bonos; que a la vez, se enriquecían con pirámides de generación de dinero que finalmente... Sabemos que algo pasó. ¿Pero realmente lo entendemos y dimensionales? Pero, ¿qué significa esto? ¿Es malo? No, no lo es. Al contrario. Significa que nos hemos especializado tanto en las diferentes ramas del conocimiento humano, que ya el tener una cultura general, es insuficiente para entender el mundo. Hoy no se espera que puedas reparar tu mismo tu auto, o curarte. Pero si que sepas usar las herramientas y medios necesarios para desempeñarte en este complejo y competitivo mundo. En ese aspecto, solo en eso debemos preocuparnos. Pero, en un contexto mayor y algo oscuro; alguien tendría que controlar el desarrollo de estas diversas áreas que están creciendo a pasos agigantados en forma independiente. Pues ya los conocimientos no son de dominio público; por lo que el público, no puede juzgar y adecuadamente intervenir en su desarrollo o futuras implicancias en la vida. El problema, y realmente el problema, es que quienes toman estas decisiones, son lo que entienden de estas áreas, o en otras palabras, lo que trabajan en sus propios intereses. Y si bien algunos países establecen comités de expertos para tomar decisiones, que frenen o propicien ciertos avances; todo esto siempre esta manejado por personas de esos entornos, cuya imparcialidad esta luego comprometida por su extendido conocimiento en esa materia. Por ejemplo, ¿quienes del común aceptaron gastar miles de millones de dólares en dos colisionadores de hadrones, para descubrir la partícula de Higgs?

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